Castro del Río
Con este pueblo cordobés tengo un vínculo ideológico más que físico, que influyó enormemente en mi pensamiento y visión del problema agrario.
Los Congresos anarcosindicalistas de 1918 y 1919 que se celebraron en Castro del Río, tuvieron un fuerte impacto en el movimiento político andaluz y en mi propia persona.
En el hermoso paisaje de la campiña andaluza, se encuentra la encantadora ciudad de Castro del Río, bañada por las aguas del río Guadajoz. A solo unas pocas horas de distancia de las ciudades de Granada y Córdoba, este enclave es conocido por sus extensas tierras de olivos y tranquilas colinas.
Una de las curiosidades más fascinantes de Castro del Río es su conexión con Miguel de Cervantes.
El célebre autor llegó a la villa en 1587 para supervisar una saca de trigo. Durante su estancia, fue encarcelado debido a desavenencias con la iglesia por el embargo de cereal. Según el cervantista Jean Canavaggio, aquí se gestaron las primeras páginas de «El Quijote». La villa ha albergado numerosos congresos internacionales en honor a Cervantes, reafirmando su vínculo con el literato.
Desde sus inicios, Castro del Río ha sido un lugar de encuentro y mezcla de culturas, con influencias de los íberos, romanos, árabes y cristianos que dejaron su huella en la arquitectura y la historia de la ciudad.
El castillo, una fortaleza de origen almohade del siglo XII, sigue siendo un símbolo del pueblo. Durante la Guerra Civil, el castillo sufrió daños al ser usado como acuartelamiento, pero hoy en día se está recuperando. En su interior, se conserva un manual pintado en uno de sus muros sobre el funcionamiento de una emisora de radio, un vestigio curioso de su uso militar.
La Iglesia de la Asunción, construida por orden de Fernando III sobre una antigua mezquita, es otro punto destacado. Declarada Bien de Interés Cultural, esta iglesia mudéjar ha sufrido varias remodelaciones a lo largo de los siglos.
El casco histórico de Castro del Río, con sus calles empedradas y casas encaladas, ofrece una experiencia pintoresca. Las casas señoriales, como la de Mendoza y la de los Valdelomar, y la Iglesia Madre de Dios, con su cúpula ovalada, añaden un toque de elegancia a la villa.
Castro del Río también es famoso por su artesanía. La elaboración de muebles en madera de olivo es una tradición que data del siglo XIX. La villa celebra la Feria Artesanal «Ars Olea», que destaca lo mejor de la artesanía, gastronomía y cultura del olivo.
Además, Castro del Río alberga el Museo de Usos y Costumbres Agrícolas en el Pósito, un edificio del siglo XVIII. Junto a él, «La Gutenberg«, una imprenta tipográfica centenaria, sigue en funcionamiento gracias a la dedicación de Miguel Morales.
Hoy en día, Castro del Río sigue dedicándose al campo, con grandes cultivos de olivo que producen un magnífico aceite con denominación de origen. Sus viñas también producen un vino característico de la campiña cordobesa.
Para los amantes de la arqueología, el yacimiento de Torreparedones y «El Arca» ofrecen una mirada fascinante al pasado de la región. Estas áreas no solo revelan la historia antigua, sino que también proporcionan hermosas rutas de senderismo.
Y es que Castro del Río también es conocido por sus rutas y senderos, como la ruta del Califato, ruta de Blas Infante y la Ruta Mozárabe del Camino de Santiago.
Castro del Río y Blas Infante
Castro del Río, un pueblo lleno de historia y lucha, ocupa un lugar muy especial en mi corazón y en mi trayectoria.
Fue aquí donde las luchas campesinas y jornaleras se entrelazaron con mis ideales de tierra y libertad, afianzando aún más mi compromiso con Andalucía y el problema agrario de nuestra tierra.
La historia de la ciudad de Castro del Río está estrechamente ligada a la figura del notario e historiador cordobés Juan Díaz del Moral, quien en 1913 la proclamó como la «Capital del sindicalismo cordobés». Durante el año 1915, la Federación Nacional de Agricultores (FAN) eligió a Castro del Río como su centro de operaciones para toda la provincia de Córdoba.
Los Congresos anarcosindicalistas de 1918 y 1919, celebrados en esta villa, tuvieron un impacto significativo en el movimiento político andaluz y en mi propia persona. Estos eventos fueron cruciales para el desarrollo de los ideales que defendí durante toda mi vida.
No es de extrañar que la Junta Liberalista de Andalucía eligiera Córdoba como sede para la asamblea autonomista de 1919. Fue en esta asamblea donde, por primera vez, se escuchó el grito de «¡Viva Andalucía Libre!» en una manifestación de obreros y jornaleros luchando contra los caciques y por una reforma agraria.
¿Qué ver en Castro del Río?
Hoy te invito a descubrir Castro del Río, una villa que ha sido moldeada por el paso del tiempo y el abrazo del río Guadajoz. Este cruce de caminos entre Granada y Córdoba ha sido hogar de diversas culturas que han dejado su huella en cada rincón. Acompáñame en este recorrido por su historia y sus encantos.
Un Enclave Histórico
Castro del Río es un lugar donde la historia se respira en cada calle. Desde la prehistoria, pasando por íberos, romanos, árabes y cristianos, esta tierra ha sido testigo de numerosos episodios históricos. Su nombre, «Castro», refleja su naturaleza de ciudad elevada y fortificada, un baluarte en la campiña cordobesa.
Castillo de Castro del Río
En la parte más alta del pueblo, se encuentra el Castillo de Castro del Río, un ejemplo de arquitectura militar medieval. Construido con tapia y mampuesto, este castillo está unido a las antiguas murallas que rodeaban la villa. La fortaleza principal es casi cuadrada, con torres de defensa en cada esquina. Destacan su plaza de armas, la Torre del Homenaje y algunas mazmorras, que nos hablan de un pasado lleno de historias y batallas. Para visitarlo, es necesario concertar una cita con el Ayuntamiento.
El Río Guadajoz
El río Guadajoz es el alma de Castro del Río, rodeando la villa y creando un paisaje de gran belleza. Al acercarte desde la carretera de Granada, la imagen del río serpenteando por el valle te da la bienvenida. Para acceder a la localidad, debes cruzar uno de sus puentes, una experiencia que te conecta con la historia y la naturaleza del lugar.
Barrio de la Villa
Explora el Barrio de la Villa, el antiguo recinto amurallado, con sus casas blancas, calles estrechas y empinadas, decoradas con el típico estilo cordobés. Este barrio es como una pequeña Judería cordobesa, un laberinto encantador donde cada esquina cuenta una historia. Aquí también encontrarás las iglesias más antiguas y veneradas por los lugareños.
Iglesia de la Asunción
La Iglesia de la Asunción es un testimonio de la historia religiosa de Castro del Río. Su origen se remonta a la conquista del pueblo por Fernando III el Santo. Aunque algunas partes necesitan restauración, la visita vale la pena. Entre sus tesoros se encuentran la sillería del coro de 1717 y una imagen de Cristo Crucificado que data del año 1700.
Cercanías de Castro del Río
Castro del Río es un punto de paso entre Córdoba y Granada, y en sus alrededores encontrarás otros sitios de interés. A pocos kilómetros, el yacimiento de Torreparedones ofrece restos arqueológicos de íberos y romanos, un viaje en el tiempo que te conecta con las raíces de nuestra historia. También puedes visitar el Castillo Ducal de Espejo, un monumento bien conservado que se alza en la campiña, ofreciendo una vista espectacular del paisaje.
Querido amigo, Castro del Río te espera con sus brazos abiertos, lleno de historia, belleza y tradiciones. Ven y descubre por qué este lugar es tan especial para mí y para todos los que tienen el privilegio de conocerlo.
Oficina de turismo de Castro del Río
📍C. Colegio, 31, 14840 Castro del Río, Córdoba
📞 957 943 081
🌐 turismo.castrodelrio.es/informacion-turistica/
📧 turismo@castrodelrio.es
Tras los pasos de Blas Infante
Archidona
En el interior de la provincia de Málaga, estudié Bachillerato, conocí la realidad de los jornaleros andaluces y escuché la música que luego trasladé al himno de nuestra Andalucía. Aquí se forjaron mis ideales.
Cantillana
Aquí viví 13 intensos años, donde me dio tiempo a abrir mi notaría y escribir el himno de Andalucía. En este bello pueblo de Sevilla conocí a buenos amigos que me abrieron los ojos sobre el problema del campo.
Casares
Aquí nací, en Casares, pueblo blanco de entornos agrestes y naturaleza plena de montaña y mar. Todavía me veo como cualquier niño, agarrado de la mano de mi abuelo, paseando por sus calles empinadas.
Coria del Río
A orillas del Guadalquivir, en Sevilla, es el último lugar donde habité. Pueblo de gran belleza, Coria del Río ha conservado un rico patrimonio gracias al cuidado y cariño de sus gentes.
Isla Cristina
En los límites de la provincia de Huelva, aquí pasé una estancia llena de vida, sal y luz. Alegre y vital, ciudad atlántica donde encontrar la paz de la naturaleza.
La Puebla del Río
Pueblo vecino y muy cercano a mi propia casa, donde ofrecía ayuda y asesoramiento a los jornaleros de la zona. La puerta de uno de los parajes naturales más importantes del planeta: Doñana.
Manilva
Aquí pasé veranos inolvidables, es un enclave ideal donde disfrutar de su sendero litoral y del paisaje de viñedos que miran hacia el Estrecho de Gibraltar.
Peñaflor
La localidad donde conocí el amor y tuvo lugar mi casamiento. Situado entre el Valle del Guadalquivir y Sierra Morena, un lugar ideal para el senderismo.